Mi brusca imagen
impide silencio escénico,
al entrar en una biblioteca
para disfrutar su pinacoteca.
Sala de triste estrechez,
semejo, entre sus estantes y mesas, apretado,
apretada, ella mira mi entrada,
apartando un segundo sus ojazos,
de su búsqueda.
Unos segundos se cruzan nuestras miradas,
ella se busca a si misma y sus argumentos
su arma, su libro favorito,
la mía tambien y mi fuerza.
El día que el gusto haya crecido,
todas las armas serán entretenimientos,
quien dijo que no lo conseguiremos,
sin convertir el mundo en sodoma y gomorra.
06/03/2025
(Prope, una aficionada)
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