Necesitamos coordenadas, establecen la necesaría pertenencia y composición de lugar desde mi yo hacia los otros. Sin un yo primero respecto de otros, o desde un tú, madre, simbiótico, a un yo después, de frente a mi, padre, hermanos, una sala, una habitación, una casa, en una calle, en un barrio, en un pueblo y ciudad.
Un espejo, conocerse como imagen, las otras imagénes ya conocidas sin ayuda de éste.
Las palabras, los nombres de cada quien, las cosas, las sensaciones, las emociones, los sentimientos, de cada lugar, nuestras coordenadas, las que se conformaron junto a nuestro ser y las que fuimos descubriendo ya formados, Nuestra pertenencia a una familia, a un grupo escolar, a un grupo vecinal, un grupo social ¿puede ser cierta tanta ampliación en todas las personas? ¿por aprendizaje, por experiencia, por contraste a las coordenadas de todas esas personas?
No mienten quienes dicen que los lazos de sangre no son exactamente igual a esos otros lazos, ¿y los hijos adoptados? Sus lazos de sangre, supongo, obedecen a esas palabras repetidas en la crianza, a las costumbres de las comidas, los paseos, actividades en común, no se añora lo que no se tiene.
Y qué decir del misterio sobre la formación del concepto o criterio de sí mismo, desde la percepción de los demás en la infancia hasta el que nos forjamos de adultos, con mas o menos lucha interior o exterior, o ambas o ninguna.
Receptivos en cada tiempo histórico de lo que es bueno o malo o de lo que trae suerte o desgracia en nuestra sociedad de referencia. La sociedad es un referente, no una pertenencia, opino, con la que podemos sintonizar mejor o peor, tener mas o menos roces, plantear polémicas o acuerdos. El principio inteligente para limar asperezas establecerá paz entre los disidentes, quiero decir, de los mas diferenciados. La lucha desde el mas fuerte establecerá quien gana la partida como el dictador o sádico y al otro como al sometido.
Lo que antiguamente consiguió el fenómeno religioso, unir pueblos y ciudades, desde clanes a ciudadanos y familia extensa y/o nuclear, o desunir, según la perspectiva adoptada desde la "masa madre" que fué, y sigue siendo, por lo que puede ser cierto que sea "palabra de Dios", están consiguiendo los medios de comunicación de masas y las decisiones gubernamentales publicadas a través de éstos, de cierto peso, con los sentimientos , ya de pertenencia, no de referéncia, con las banderas, a mi modo de ver, y los idiomas, que creo mas de pertenencia.
El mundo académico durante mucho tiempo mantuvo el latín, que fué desapareciendo de las escuelas en favor de otras lenguas, cuando se formaron Estados, consideradas menos cultas. En la actualidad se estan reconociendo y amparando los Estados más idiomas oficiales en territorios ya significativos en número de población, imagino, y por ello éstos territorios, ante este logro quieren , sumado su idioma y una bandera, constituirse en naciones soberanas.
Nadie puede funcionar sin unas coordenadas clara, con las que pueda adoptar una posición desde ellas, adecuadas a su personalidad, al mundo social.
Estos hechos no debieran impedir que todas esas nacionalidades, Estados, etc. que constituyen el globo terráqueo, de todos, cada uno en su sitio y Dios en el de todos, no puedan llegar a un modo de conseguir que predomine la paz y no la guerra, un método tan primitivo.
Diferenciarse socialmente, como desde grupo nacional o estatal de pertenencia y no de referéncia, podría ser una de las muchas raíces que producen los enfrentamientos bélicos y la codicia económica o de poder político.
El espacio público es muy diferente del espacio personal. Y ahí se encultura mal o ahí es donde no conseguimos evolucionar, en el civismo debido en el espacio público. Empieza a estar claro en el espacio personal que es selectivo, no a escala mundial ni en general, los límites entre el deseo personal y la forma de conseguirlo, la reciprocidad y no la fuerza, existiendo ya artículos de derecho penal u otros en donde se expresan explícitamente. Una lástima querer legalizar la prostitución, por cierto, entre otros temas, que aquí no voy a comentar, pues es un retroceso legal, sobretodo teniendo en cuenta que la criminalización es unilateral, es de quien se vende y no del usuario del servicio que sin su demanda sería negocio en bancarrota e inexistente, aquí no ha habido avances excepto en la pederastía.
Se amplían divisiones territoriales y consecuentemente politícas, con el auge de los nacionalismos, si además adquirieran formas involutivas, sumando enfrentamientos religiosos, enfrentamientos políticos, enfrentamientos ideológicos, que dividen a su vez estas naciones, como unidades mas pequeñas desde algo que era mas grande, o el interior de los que siguen siendo Estados o Imperios, que si existe alguno hoy todavía, imagino es en forma de multinacional económica, bancaria, internauta, etc.
Consecuentemente podrían darse guerrillas, guerras civiles, guerras entre naciones y Estados, entre Estados, guerras culturales o religiosas, guerras económicas...en mucha más cantidad.
O bien, podría suceder que las nuevas y sólidas construcciones sociales vividas como pertenencias, no como referencia, perdonen la insistencia, se sepan canalizar y comunicar en modo de acuerdos pacíficos en donde el límite esté establecido como en las relaciones personales, mejorando y eliminando las involuciones, en un único y verdadero código de derecho, civil, penal, de minorías, de extrangería, de vivienda, de trabajo, etc. al igual que existe ya un Banco Mundial.
15/05/2025 (Prope, una aficionada)
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